La obesidad en España
La obesidad se ha convertido en uno de los problemas más importantes en Salud Pública, tanto, que incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha definido de pandemia. Es un problema de salud con numerosas consecuencias tales como la morbimortalidad asociada (diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc.) y la consecuente reducción de esperanza de vida, además de baja autoestima y devaluación de la calidad de vida, entre otras.
En España, estudios como el ENRICA han puesto en evidencia que el exceso de peso es un problema de salud muy frecuente: el 62% de los españoles mayores de 18 años sufre exceso de peso, el 23%, obesidad general y el 36%, obesidad abdominal. Aunque también hace mella en los más jóvenes: según International Obesity Task Force (IOTF), que forma parte de la International Association for the Study of Obesity, el 9% de los escolares españoles sufre obesidad y el 33% sobrepeso.
Con estas cifras, hay que considerar la obesidad como un problema que va más allá de comer en exceso y de llevar un estilo de vida sedentario. Hay otros determinantes sociodemográficos y culturales que inciden en su desarrollo, a los que hay que prestar mucha atención: la condición socioeconómica (como los ingresos en la unidad familiar, la ocupación, la clase social de origen, ser extranjero), el nivel de estudios, la cultura de origen (en algunas culturas tradicionales se considera que el exceso de peso es ideal de belleza femenina y de prestigio) e, incluso, el género. Por este motivo, las campañas de prevención deben atender estas condiciones sociales.
La obesidad infantil: factores de riesgo en el bebé
Se demostrado que sufrir sobrepeso u obesidad durante la infancia aumenta el riesgo de sufrir obesidad en adultos. Por este motivo, la obesidad infantil se ha convertido en un auténtico reto para los profesionales de la salud y en el blanco principal de las campañas de prevención.
Una revisión realizada por Weng et al. (2012) identificó en bebés varios factores de riesgo de sufrir sobrepeso en la etapa infantil. Ganancia rápida de peso en los primeros meses, peso alto al nacer, sobrepeso materno antes del embarazo o fumar durante la gestación aumentan la probabilidad de sobrepeso y obesidad infantil. Otras de las conclusiones de este estudio fue que la lactancia materna actúa como protector moderado y algunas pruebas sugieren que la introducción temprana de alimentos sólidos (antes de los seis meses de edad) puede favorecer también el sobrepeso.
Relacionado con la alimentación del lactante, Lama et al. sugieren:
-Optar por la leche materna a demanda y sin forzar.
-La ganancia de peso no es motivo para retirar la lactancia materna.
-Diversificar la alimentación a partir del 6º mes de vida, con la introducción gradual de los alimentos.
-Poner atención en las texturas y sabores que se ofrecen al niño.
-Evitar la administración de más de 30-40 g de carne por ración.
-Evitar comidas copiosas y no intentar que el niño coma más de lo que acepte.
-Favorecer un ambiente tranquilo y relajado durante la comida.
Cómo evitar la obesidad infantil
Las diferentes sociedades científicas preocupadas por la salud infantil recomiendan una serie de medidas a tener en cuenta en la alimentación de los niños:
1. Ofrecer una alimentación equilibrada y planificada, que incluya cinco raciones de fruta (preferible entera) y verdura diarias, tres o cuatro de pescado y dos o tres de legumbres, semanales. Los lácteos son necesarios pero no deben sustituir a la fruta.
2. Realizar cinco comidas al día, con un horario fijo, y evitar el picoteo entre horas.
3. Enseñarle a desayunar para empezar bien la jornada, con lácteos, fruta y cereales. El desayuno debería cubrir un 25% de las necesidades de todo el día.
4. No abusar de golosinas, dulces, bollería ni refrescos, por su alto contenido en azúcar y grasas.
5. El agua debe ser la bebida por elección.
6. Como mínimo, realizar una comida en familia al día. La familia es el contexto donde el niño aprende el patrón alimentario y donde se le transmiten aspectos como la manera de alimentarse, las preferencias y los rechazos a determinados alimentos, aunque sea de manera inconsciente.
7. Restringir el tiempo dedicado al ocio sedentario, como ver la televisión o jugar con el ordenador, que no deberían superar las dos horas diarias. Inculcar el gusto por la actividad física y jugar con el niño, para que se habitúe a moverse, y no a sentarse delante de la tele.
BIBLIOGRAFÍA:
*Weng SF, Redsell SA, Swift JA, Yang M, Glazebrook CP. Systematic review and meta-analyses of risk factors for childhood overweight identifiable during infancy. Arch Dis Child. 2012; 97(12): 1019–26.
*Santana JF, Peña L, Serra-Majem L. Bases científicas para la prevención de la obesidad infantil. Nutrición y Obesidad 1999; 2: 135-46.
*Lama RA, Alonso A, Gil-Campos M, Leis R, Martínez V, Morais A, et al.Obesidad Infantil. Recomendaciones del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría Parte I. Prevención. Detección precoz. Papel del pediatra. An Pediatr.2006 (65); 65: 607-15.